Esta semana del 18 al 21 de septiembre se están
celebrando en Cuenca una de sus fiestas más importantes, las Fiestas de San
Mateo.
A estas Fiestas de origen considerado popular (suelta de vaquillas, el concurso
de gachas, el concurso infantil de dibujo, los bolos conquenses, etc.), se le
unen los actos religiosos y civiles, como la celebración en la Catedral de la
misa de la festividad de San Mateo el día 21 de Septiembre. Todas las noches hay berbenas en la plaza Mayor, junto a la Catedral y las peñas desfilan y pasan el día juntos de celebración.
Las Fiestas de San Mateo están declaradas de interés turístico regional. Rememoran la conquista
de Cuenca por Alfonso VIII de Castilla, y dice la
tradición que llevan celebrándose desde la misma conquista, aunque el primer
documento conocido que estipula e instituye la fiesta data del 19 de
septiembre de 1581.
La
celebración se centra ya desde entonces en dos actos. El primero es el paseo
del estandarte de Alfonso VIII, que deja su residencia habitual en la catedral
para pasar una noche en el ayuntamiento.
El
otro consiste en correr vaquillas enmaromadas en el improvisado coso de la
Plaza Mayor. La vaquilla enmaromada simboliza la victoria cristiana sobre la media
luna mahometana, representada por los sometidos cuernos de la vaca en alusión a
la citada conquista.
El
asedio de la ciudad de Cuenca tuvo lugar desde el 6 de enero
del año 1177 hasta su reconquista el 21 de
septiembre. Que era el día de la epifanía de San Mateo.
Mateo el Evangelista, en hebreo
מתי (también conocido
como Mateo Leví, Leví de Alfeo o Mateo el Apóstol) fue uno de los doce apóstoles
elegidos por Jesús de Nazaret. Según Eusebio de Cesarea, predicó durante quince años
en Judea,
donde escribió su Evangelio hacia el año 80. Según Rufino,
después se marchó a Etiopía. Algunas tradiciones afirman que fue martirizado en Etiopía.
En cambio, de acuerdo con Epifanio de Salamis –obispo de Chipre–, Mateo
murió en Hierápolis (en Partia).
Mateo
es considerado santo por todas las confesiones cristianas que admiten esta
distinción. Según la tradición, sus restos se conservan en Salerno
(Italia).
Curiosamente
la Asamblea General de las Naciones
Unidas decide que se celebre el día 21 de
septiembre de cada año como el Día
Internacional de la Paz.