jueves, 14 de noviembre de 2013

La Gineta

La Gineta (Genetta genetta) es un carnívoro que está protegido y es muy difícil de observar porque es de hábitos nocturnos. No es una especie autóctona de la Península Ibérica pero vive aquí desde hace unos 2.000 años aproximadamente, se cree que ha sido el hombre el vehículo o medio del que se ha servido la gineta para su expansión en el viejo continente, considerándose, como opinión más aceptada, que la gineta era un animal de compañía del hombre, de la que éste se servía (egipcios, romanos y árabes han utilizado a la gineta como animal doméstico) dadas sus peculiaridades para la caza de los siempre indeseables roedores. 


Ha sido su capacidad para vivir y reproducirse en libertad lo que ha hecho de la especie un animal totalmente integrado en nuestra fauna autóctona. Vive en bosques. Su aspecto es singular e inconfundible dentro de la fauna ibérica. De patas cortas sobre las que se levanta un cuerpo alargado, de coloración grisácea, en la que abundan las manchas o moteados oscuros que confieren a cada individuo de la especie unos rangos propios, por lo que es posible su identificación y control fotográfico, la gineta está provista de una larguísima y gruesa cola, adornada con unos característicos anillos de color negro (de 8 a 10), alcanza una longitud superior a la de la cabeza más el cuerpo, lo que la diferencia claramente de un gato montés. Tiene grandes ojos con características pupilas verticales adaptadas a la visión nocturna. Puede vivir entre 6 y 8 años en libertad. Excepcionalmente puede alcanzar los 15 años en cautividad.


Cuando caza es vibrante, ágil, silenciosa. Su olfato y oído son muy finos, puede trepar muy bien por los árboles en busca de sus presas, pudiendo saltar de unas ramas a otras -buscando el equilibrio con la cola- con increíble agilidad.
Sus principales problemas en la actualidad son la destrucción de hábitats y la disminución de la población de conejos. La consideración por la población rural a la gineta como una alimaña, también ha supuesto una persecución de la especie, al igual que ha sido codiciada para disecarla, por su belleza, como se ha utilizado su piel en peletería. El atropello accidental también es otra causa indeseada de muertes en la especie.

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